Nueva Zelanda cuenta con servicios sanitarios públicos y privados de gran calidad. Los residentes permanentes están cubiertos por el sistema local de seguridad social, que les da acceso a la asistencia gratuita o subvencionada. Sin embargo, muchas personas contratan un seguro médico complementario para beneficiarse de un mayor acceso a la asistencia.
¿Qué seguros de salud para los expatriados en Nueva Zelanda?
¿Cómo funciona el sistema de salud en Nueva Zelanda?
El sistema sanitario público de Nueva Zelanda está financiado por el Estado. Sus servicios sanitarios están disponibles para todos los ciudadanos, los residentes permanentes y algunos residentes temporales (sobre todo para los que tienen un visado de trabajo). Los visitantes del Reino Unido y Australia también pueden beneficiarse del sistema público gracias a un acuerdo de reciprocidad sanitaria.
La gran mayoría de los ingresos en los hospitales públicos están totalmente cubiertos. En cuanto a las consultas con médicos generalistas o especializados (cuyos honorarios son fijados libremente por cada facultativo, y son muy variables), únicamente están parcialmente financiadas por el sistema (excepto para los menores de 13 años, que se benefician de consultas gratuitas).
Los cuidados dentales están excluidos de la cobertura, excepto para los menores de 18 años.
Por último, la atención ambulatoria y la hospitalización en centros privados es de entera responsabilidad del asegurado.
¿Cómo elegir un seguro médico privado Nueva Zelanda: local o internacional?
Muchos ciudadanos y residentes en Nueva Zelanda complementan su cobertura pública con un seguro médico privado. El seguro médico privado les ofrece mayor flexibilidad, acceso a los hospitales y a la atención no cubierta por el sistema sanitario público (por ejemplo, la atención dental para adultos).
Contratar un seguro médico internacional puede ser ventajoso para los expatriados que planean establecerse en Nueva Zelanda (como alternativa o complemento al seguro médico local). Se benefician de muchas garantías específicas, como la cobertura fuera de Nueva Zelanda, la asistencia a la repatriación o la posibilidad de acudir al hospital que ellos elijan (algo que el seguro local no suele permitir).