Una expatriación es una aventura llena de descubrimientos y oportunidades, pero también puede ser estresante para quienes se mudan al extranjero. Las fuentes de estrés durante la expatriación son variadas, al igual que sus síntomas: ataques de ansiedad, problemas de sueño, irritabilidad, pérdida de autoestima, agotamiento... No todos los expatriados reaccionan de la misma manera al estrés.
La expatriación es un cambio de vida importante. Este nuevo capítulo implica numerosos trámites: mudanza, formalidades de inmigración, búsqueda de vivienda, escuela para los hijos, médicos y especialistas... Los nuevos expatriados pueden sentirse abrumados.
Para afrontar este cambio con tranquilidad, es esencial una buena preparación. Anticipa todos los trámites, prioriza y utiliza una lista de verificación para asegurarte de no olvidar nada.
Para evitar el agotamiento, tómate tiempo para ti: descansa, duerme lo suficiente y practica alguna actividad relajante. La lectura, la música, las películas, el yoga, los ejercicios de meditación, respiración y relajación serán tus aliados para evitar el sobrecarga.
La alteración de los puntos de referencia es una importante fuente de estrés en la expatriación. Vivir un choque cultural es completamente normal, y seguramente pasarás por al menos algunas de estas fases:
La fase de idealización
El choque cultural propiamente dicho
La adaptación cultural
La aclimatación, cuando el expatriado finalmente se siente a gusto en su país de adopción.
Para manejar este tipo de estrés, infórmate sobre la cultura local. Tu adaptación cultural debe ser gradual. Puedes contactar con grupos de expatriados de tu mismo país o región, pero no te aísles en esta burbuja y trata también de acercarte a los locales.
No dudes en consultar a un psicólogo especializado en problemas relacionados con la expatriación si lo consideras necesario.
El choque cultural a menudo va de la mano con la barrera del idioma. No entender lo que dicen los locales o no poder responder suele ser una fuente de estrés.
Aprende el idioma, por qué no en una escuela cerca de tu casa, comenzando por lo básico. La paciencia es clave, ya que aprender un idioma lleva tiempo.
Expatriarse a menudo significa vivir lejos de la familia y los amigos. Esta distancia puede generar un sentimiento de soledad y agravar el mal del país.
Estar lejos de los seres queridos a menudo afecta la salud mental de los expatriados. Por eso te aconsejamos mantener los lazos con la familia y amigos, por ejemplo, llamándolos regularmente (si es posible, con videollamadas). Además, planifica encuentros físicos, ya sea regresando a tu país o invitando a tus seres queridos a visitar tu nuevo hogar.
La expatriación implica la distancia de tu entorno habitual. Muchos expatriados sienten nostalgia de su antigua vida e idealizan su país de origen.
Recuerda que cada país tiene sus ventajas e inconvenientes. Mantén el contacto con tu país de origen, pero no te encierres en una burbuja de nostalgia.
Cuida tu salud mental estableciendo rutinas y manteniendo un estilo de vida saludable. Por ejemplo, dedica tiempo cada noche a preparar una comida sana.
Mantente activo y fija objetivos a corto plazo, como alcanzar el nivel A2 en el idioma del país.
Los desafíos profesionales son muchos en una expatriación: un nuevo puesto de alta responsabilidad en un entorno multicultural, dificultades de comunicación, malentendidos relacionados con las diferencias culturales con los nuevos compañeros...
Para gestionar el estrés en la expatriación, asegúrate de establecer un equilibrio entre la vida laboral y personal, reservando tiempo para otros aspectos de tu vida. Además, realizar actividad física regular es importante para liberar tensiones y manejar el estrés.
Expatriarse significa alejarse de tus seres queridos y dejar atrás tu círculo social, lo que puede crear una sensación de soledad. Los expatriados que trabajan desde casa y los cónyuges o padres que se quedan en casa son más propensos a esto.
Es importante reconstruir un círculo social y desarrollar tu red (tanto profesional como personal) en el país de expatriación. Además del trabajo, piensa en actividades deportivas, culturales, clubes, clases de idiomas, voluntariado...
El regreso al país después de una expatriación también puede ser una fuente de estrés. El expatriado vive entonces un choque cultural inverso y se siente desorientado en su propio país de origen.
Para prevenir el choque cultural inverso, anticipa las condiciones y modalidades de tu regreso: empleo, vivienda, actividades...
Al identificar las posibles fuentes de estrés en una expatriación y adoptar las estrategias adecuadas para gestionarlas, podrás transformar esta experiencia en una aventura enriquecedora.
Expat.com es la plataforma de referencia sobre la vida en el extranjero, con más de 3 millones de miembros. Ofrece de manera gratuita información, consejos, oportunidades de networking y servicios para expatriados. Una herramienta indispensable para todos los que viven o desean vivir en el extranjero.