Estancias en el extranjero
Wufear, wufeando, wufero... No, no son palabras del suajili. El movimiento wufero dio comienzo en Inglaterra en 1971 y poco a poco se fue diseminando por el resto del mundo. ¿Y cómo funciona? En esencia, wufear consiste en un intercambio de servicios. Una granja orgánica o un minifundio hospeda a un wufero y le ofrece comida y techo a cambio de que éste participe unas cuantas horas al día en las labores de la granja. Las palabras "wufear", "wufero" y demás son neologismos acuñados a partir de la sigla WWOOF, que corresponde a World Wide Opportunities on Organic Farms (‘oportunidades mundiales en granjas orgánicas') y que hoy día consta de una red internacional de organizaciones. Wufear es una forma de viajar barato, convivir en el extranjero con personas del lugar y adquirir experiencia ecológica.
El wufeo consiste principalmente en el intercambio cultural y en compartir. El wufero no es un empleado, por lo que entre él y su anfitrión no existe relación jerárquica. El éxito del intercambio está basado en una relación de buena fe entre los viajeros y los granjeros.
Los wuferos prestan su ayuda voluntariamente a los granjeros, que su vez les ofrecen comida y alojamiento. Las horas de trabajo y los días de asueto han de acordarse de antemano, pero, por lo general, los wuferos trabajan unas cinco o seis horas al día, recogiendo manzanas, partiendo leña, dando de comer a los animales, laborando en el huerto, adecentando la granja o elaborando queso. Hay muchas tareas distintas que pueden pedirte que lleves a cabo para colaborar, pero dependen en parte de a qué se dediquen los anfitriones en concreto. Puede que tu anfitrión sólo tenga un huerto o una pequeña plantación. No des nunca por hecho que todas las experiencias de wufeo son idénticas entre sí. Pero sí se parecen en algo: cuando se wufea, la norma consiste en el intercambio.
Nadie te pedirá un currículum vitae para wufear. Tu edad (aunque se suele pedir que seas mayor de 18 años), tu nacionalidad o tu conocimiento de los cultivos orgánicos tienen poca importancia. Lo importante es estar imbuido de un espíritu wufero, mostrar interés por el anfitrión y sus labores diarias, sentirse atraído por un modo de vida ecológico, ser de mente abierta... Muchos jóvenes titulares de visados de vacaciones-trabajo optan por compaginar las vacaciones con el wufeo. Algunos trotamundos deciden convivir unas cuantas semanas en granjas de diversos países mientras dan la vuelta al mundo... Wufear puede ser una forma alternativa de viajar por el mundo.
Se puede wufear en todos los continentes, en cerca de un centenar de países. Existen 50 organizaciones nacionales adscritas a WWOOF que se encargan de emparejar a granjas y wuferos. Algunos países no cuentan con ninguna organización, por lo que aparecen en una lista de WWOOF independientes. El número de granjas anfitrionas de cada país varía considerablemente.
En Europa...
En Europa está muy extendido el wufeo y podrás escoger entre muchas granjas distintas. En el Reino Unido, por ejemplo, son 400 las granjas que acogen a wuferos. En Francia, el número de granjas que se ha unido a la iniciativa asciende a 2.340. También se puede wufear en muchos otros destinos europeos: ¿qué te parecería pasar dos semanas en una granja de Noruega (116 granjas) o Estonia (10 granjas)?
... y en otros lugares
Fuera de Europa, el wufeo está muy desarrollado en países que atraen a muchas personas inmersas en los llamados programas de trabajo en vacaciones o de vacaciones-trabajo: Canadá cuenta con más de 600 granjas, y las organizaciones de Nueva Zelanda (más de 1.000 granjas) y Australia (2.400 granjas) hacen gala de grandes dosis de dinamismo. Y si lo que desea uno es probar experiencias más novedosas, hay infinitas posibilidades: un rancho en la Patagonia en medio de la nada, un cultivo de té en China, un campo de arroz en Chiba (Japón), una granja en Sudáfrica...
Tanto si estás buscando una primera vivencia wufera como si prefieres wufear a tu manera mientras das la vuelta al mundo, los trámites son siempre los mismos y son bastante sencillos. Las experiencias de wufeo pueden resultar increíblemente enriquecedoras, pero también las hay desastrosas: para no llevarte decepciones, tienes que planear la aventura.
Antes de empezar a wufear hay que hacer un par de gestiones:
Darte de alta en la organización WWOOF del país que desees visitar. La afiliación permanece en vigor durante un año y las cuotas suelen ser bastante asequibles (25 EUR en Francia, 20 GBP en el Reino Unido y 55 CAD en Canadá).
Escoger tu granja anfitriona y ponerte en contacto con ella. Una vez dado de alta, recibirás una lista detallada de todas las granjas existentes. Para entonces, habrá llegado el momento de presentarte y pactar tu horario diario, así como de planificar tu estancia con suficiente antelación y de mutuo acuerdo con tu anfitrión. Ni se te ocurra llegar de improviso: envía un correo electrónico o llama y empieza a forjar una relación de confianza.
Un seguro de salud internacional que cubra los gastos médicos en el extranjero y se haga cargo de la repatriación en caso necesario;
El visado adecuado si éste es requisito (en muchos casos los wuferos viajan con visado de turista o con un visado de vacaciones-trabajo);
El número de identidad proporcionado por WWOOF;
Vestimenta y calzado adecuados para las labores en una granja y acordes con el clima del país de destino;
Capacidad de adaptación y tolerancia.
Consulta la red mundial y escoge tu destino en la web de WWOOF.