Son las 4h de la mañana. Está dando vueltas en la cama. No puede dormir mientras se acerca el viaje que cambiará su vida. Y en el taxi que le lleva al aeropuerto, ya ha comprobado diez veces que lleva el pasaporte. Por cierto, ¿qué pasó con el cargador del teléfono? Respire hondo y siga nuestros consejos para prepararse y partir sin estrés.
La anticipación es clave antes de la expatriación. Antes de pensar en lo que va a meter en la maleta, es importante hacer balance de lo que necesitará en términos de administración. Algunos de los documentos que necesitará cuando solicite un visado deben obtenerse con bastante antelación a la solicitud. Esto incluye, por ejemplo, los antecedentes penales, el certificado de nacimiento, el dossier del carné de conducir, copias de expedientes académicos, etc. Si además tiene previsto enviar muebles o, por ejemplo, un coche al país de acogida, también debe organizarlo con antelación.
Renovar el pasaporte: lo primero que hay que hacer, incluso antes de solicitar el visado, es comprobar la fecha de caducidad del pasaporte. Muchos países exigen que el pasaporte de los extranjeros que solicitan un visado tenga una validez mínima de seis meses. Si su pasaporte caduca pronto, lo mejor es renovarlo.
Informar de su partida: si abandona el país, debe informar de su partida a determinados organismos. Se trata, por ejemplo, de la seguridad social, de la mutua y del seguro médico complementario, la agencia tributaria, etc. Por supuesto, no olvide cancelar las suscripciones varias: luz, internet, gimnasio, prensa, etc. Las suscripciones en línea, como Netflix y Spotify, pueden utilizarse en el extranjero. También puede solicitar a los servicios postales la redirección del correo, de modo que su correspondencia pueda ser entregada a un familiar en su ausencia.
Pida cita con su banco: una cita con su banco es esencial para saber si puede seguir utilizando su cuenta en el extranjero sin que le cueste un ojo de la cara. Si piensa conservar su tarjeta de crédito, explique a su banco que va a utilizarla en el extranjero. Si no lo hace, se le podría bloquear la tarjeta por uso sospechoso. Compruebe también su fecha de caducidad. Una vez en el extranjero, será más difícil pedir que se la renueven.
Regístrese en su embajada: algunas embajadas le dan la opción de registrarse en línea. El consulado o la embajada de su país de acogida podrá ponerse en contacto con usted en caso de que surja un problema. También puede beneficiarse de tarifas reducidas para determinados trámites administrativos. Y podrá estar inscrito en la lista electoral consular, lo que le permitirá votar desde su país de expatriación.
Carné de conducir internacional: los requisitos para obtener un carné de conducir internacional varían de un país a otro. Averigüe de antemano cuánto tardará en obtenerlo.
Envío de muebles: si desea que le envíen muebles a su nueva dirección en el extranjero, es mejor organizarlo con varios meses de antelación. Esto le permitirá comparar las distintas ofertas, pero también recibir sus pertenencias poco después de su llegada.
Pedir cita con el médico: antes de irse al extranjero, puede pedir cita con el médico para que le haga la receta de sus medicamentos y tener así una provisión para los tratamientos, sobre todo si padece una enfermedad concreta o utiliza la píldora anticonceptiva. Si se va a un país tropical, es mejor que pida cita en una clínica especializada para recibir asesoramiento personalizado y actualizar sus vacunas. Una visita al dentista también es una buena idea.
Contratar un seguro: cuando se es joven, a veces se tiene la tentación de irse al extranjero sin seguro para ahorrar dinero. Pero en realidad esto es una mala idea, porque si cae enfermo o se lesiona y necesita ser repatriado, la factura será muy elevada. La mejor solución es contratar un seguro de repatriación, salud y hospitalización, especialmente en países donde los costes sanitarios son elevados, como Estados Unidos o Canadá. Se pueden añadir algunas opciones, como el embarazo o los gastos dentales.
Gafas y lentillas: un segundo par de gafas o una gran reserva de lentillas no estarán de más si se va por una temporada larga al extranjero.
Equipaje de mano: debe llevar los documentos y papeles en el equipaje de mano en cabina, en lugar de en las maletas que irán en la bodega. Es posible que se los pidan a su llegada al país de destino. No olvide llevar un bolígrafo, muy útil para rellenar formularios en el avión. También se pueden escanear los documentos importantes y guardarlos en el teléfono. En la cabina, también debe llevar el teléfono, un cargador, la tarjeta de crédito y, si es posible, los objetos de valor. Por último, y si le sobra espacio, es buena idea llevar una muda de ropa, para poder cambiarse durante el viaje si es necesario y también para tener algo con lo que cambiarse por si se perdieran las maletas. Tapones para los oídos, auriculares, un pañuelo y un reposacuellos son pequeños artículos que ocupan poco espacio y que harán su viaje un poco más cómodo.
Equipaje que se factura: los líquidos y cremas en envases de más de 100 ml deben ir en la bodega, al igual que los objetos punzantes, como las cuchillas de afeitar. Si piensa llevar comida, consulte con las autoridades del país de acogida para saber qué alimentos están permitidos. En general, todo lo envasado al vacío está permitido, al igual que los dulces y las galletas, pero algunos países no permiten, por ejemplo, los productos cárnicos, la fruta y otros productos frescos. También debe tener en cuenta que el equipaje de bodega puede sufrir algún tipo de maltrato durante el viaje. Así que si se lleva objetos frágiles, recuerde embalarlos bien. Para evitar robos, puede poner un candado en su maleta, pero también hacer que le plastifiquen en el aeropuerto.
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